El Comandante

Bueno, pues una vez terminado el libro del club de lectura (La noche de los tiempos de Antonio Muñoz Molina) vuelvo a mis asuntos. Y justamente ayer había uno de esos libros de oferta 24h en Amazon que es este del que os voy a hablar.

Es un resumen de un libro que tengo y que dejé por aburrido, así que pensé que habiendo metido mano un escritor lo arreglaría y me lo conseguiría acabar. Así ha sido. Me lo he acabado en un día. La verdad es que es bastante corto, decía en la página que era un libro de 112 páginas, pero yo diría que no tenía más de 50. Bueno, realmente cualquier libro puede tener el número de páginas que quieras aumentando el tamaño de letra o dejando páginas en blanco entre capítulos...

Al grano, este libro es un resumen de las memorias de Rudolph Höss que fue durante varios años comandante de Auschwitz y que fue capturado, juzgado y ejecutado. Fue ahorcado en el propio campo.

Este señor es un eslabón importante en el proceso de exterminio de millones de judíos y relatos de supervivientes del campo poniéndolo como una bestia sin sentimientos hay muchos. En las memorias o en las declaraciones del juicio dice que lo hizo porque se lo mandaron, que él no veía el sentido, que se solidarizaba con los presos del campo, que le repuganba la situación, pero que lo hizo por sentido del deber. Así se puede leer:

"Por voluntad del Reichsführer-SS (Himmler), Auschwitz se convirtió en el mayor centro de exterminio humano de todos los tiempos. Cuando, en verano de 1941, me dio directamente la orden de habilitar dentro de Auschwitz un lugar para el exterminio masivo, no podía imaginarme ni mucho menos el alcance ni las repercusiones que iba a tener esa decisión. Se trataba de una orden insólita, monstruosa, pero los argumentos en los que se sustentaba hicieron que el proceso de aniquilación me pareciera correcto. En aquel momento no me planteé nada más. No estaba en situación de decidir si el genocidio de los judíos era necesario, no tenía suficiente perspectiva. Además, si el Führer había ordenado personalmente la «solución final de la cuestión judía», un viejo nacionalsocialista no se planteaba nada más, y menos aún un Führer-SS. Para nosotros, la expresión «el Führer ordena y nosotros obedecemos» era mucho más que una frase hecha o una simple consigna".

Hay declaraciones que no se sustentan como esta referente a los gitanos:

"los campos de concentración de gitanos estaban sometidos a un control biológico. El Reichsführer-SS quería que se conservaran a toda costa las dos estirpes principales de los gitanos; he olvidado ya sus nombres. En su opinión, eran descendientes directos de los pueblos indogermánicos primigenios y su especie y sus costumbres se habían mantenido bastante puras. Por todo ello, era necesario capturarlos a todos, elaborar un registro exhaustivo y protegerlos en tanto que patrimonio cultural. Soy incapaz de decir cuántos gitanos puros o mestizos había en Auschwitz. Solo sé que llenaban sobradamente su sector, construido para albergar a diez mil personas. Debo señalar también que, por diversas circunstancias, Birkenau no era un campo apropiado para familias. Los gitanos en condiciones de trabajar fueron trasladados a otros campos. En agosto de 1944 quedaban aún unos cuatro mil, que terminaron en las cámaras de gas."

O sea, por un lado había que conservar las estirpes puras indoeuropeas y protegerlos como patrimonio cultural, así que se seleccionaron y a los que podían trabajar se los mandaron a otros campos y a los que no se los gaseó... ¿y dónde queda lo del patrimonio cultural? ¿en los papeles? ¿en un futuro museo en el que los presentarían en fotos y rellenos de paja? No tiene un pase.

Sobre sus escrúpulos morales tenemos partes como éstas:

"Entonces debería haberme presentado ante Eicke o ante el Reichsführer-SS y explicarles que no estaba capacitado para trabajar en un campo de concentración, pues sentía demasiada compasión por los internos. Pero no me atreví: porque no quería quedar en ridículo, admitir mi debilidad, y era demasiado testarudo para confesar que, al abandonar el propósito de emprender una vida rural, había tomado el camino equivocado. Me había incorporado voluntariamente a las SS y me sentía demasiado orgulloso del uniforme negro como para volver a renunciar a él"

"Me terminé acostumbrando a todas las cosas que, inevitablemente, forman parte de un campo de concentración, pero nunca me volví indiferente a la miseria humana; siempre he sido sensible a ella. Y, sin embargo, si no quería mostrarme débil, debía pasarla por alto. Así, para que no me tomaran por débil, terminé ganándome fama de temible por mi dureza."

"Ya por aquel entonces pensaba que nuestra tarea no era humana. Sin embargo, Eicke nos insistía constantemente en que debíamos volvernos más duros. Un miembro de las SS debía ser capaz de matar a un familiar próximo si este había actuado contra el Estado o contra las ideas de Adolf Hitler. En el membrete de sus cartas se hizo imprimir la frase: «¡Lo único que cuenta son las órdenes!»"

Hay que tener en cuenta que este señor es el responsable de la introducción del Zyklon B como método de asesinato masivo de personas. Cuenta como se le ocurrió a un subordinado suyo:

"Aprovechando que me encontraba de viaje oficial, mi ayudante, el Hauptsturmführer Fritzsch, tomó la iniciativa de liquidar a un contingente de rusos utilizando gas; metió a los rusos en las celdas subterráneas y, empleando mascarillas antigás, los roció con Zyclon B, lo que provocó la muerte instantánea de los reos. La empresa Tesch & Stabenow proporcionaba el gas Zyclon B que utilizábamos constantemente en Auschwitz para exterminar todo tipo de bichos, de modo que siempre guardábamos unas latas en el edificio de administración."

Así que se lo comunicó a Eichmann y decidieron emplearlo a partir de entonces.

Es curioso ver que al principio de su vida lo que quería ser es sacerdote y es lo que su familia quería, pero tras la primera guerra mundial no quiso volver a oir hablar del tema.

Termina con estas palabras "que la opinión pública siga considerándome una bestia sedienta de sangre, un sádico inhumano, un genocida. Las masas no pueden imaginar al comandante de Auschwitz de otro modo; nunca comprenderían que él también tenía corazón y que no era una mala persona". Y es verdad, no se puede comprender que alguien así se considere una buena persona, pero lo cierto es que no es inusual ver ese tipo de declaraciones- Cómo se acomoda la mente, cómo se autodisculpa uno mismo para cometer esas atrocidades y considerarse una buena persona es algo que llena de estupor, pero parece que el cerebro humano funciona de esa manera. A nosotros nos es muy fácil perdonárnoslo todo, incluso lo más abyecto. Otra cosa es perdonar a otros, ahí ya no somos juez y parte y se nota.

Un libro corto e interesante en su contenido, no así en la forma en la que está escrito que es bastante poco atractiva. Además se lee en un pispás. Si sois de los yonkis de la segunda guerra mundial os lo recomiendo más que las memorias completas que yo tengo por ahí abandonadas.


Comentarios

  1. Es incomprensible lo de esta gente. Como tú dices, no hay por dónde cogerlo. ¿Qué me dices de cuando suelta que no sabe si está bien o no matar judíos porque "no tiene perspectiva"? Yo creo que además de tener una moral muy extraña, es que esta gente era imbécil, pero imbécil profunda. No le encuentro otra explicación. Porque una cosa es obedecer órdenes y otra no darse cuenta de que estás asesinando.

    Muy buen post.

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  2. Pues gracias, Carmen. Yo no sé si eran tontos. Este no parece el más listo de la clase. La cuestión es que uno puede llegar a perdonárselo todo (o no). Eso es parte de lo que no llego a entender. Entiendo a un loco o a un sádico, a un malo que sabe que lo es.

    Lo que me perturba más es este tipo de personas que matan a millones de personas y se consideran buenas personas.

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  3. No te creas que son los únicos que se autojustifican. Seguro que su madre decía que era un buen chico, que tenía malas compañías, o como dijo la Pantoja "Julián es bueno, habrá hecho lo que haya hecho, pero es bueno".

    ¿A que la frase es perfecta? "habrá hecho lo que sea". Porque lo importante no es lo que hagas (robar, violar, matar, exterminar a una raza), es que en el fondo (muy en el fondo) seas bueno.

    Ah, y cómo te quede el uniforme, porque pobrecito, él quería irse, pero ¡estaba tan orgulloso se su uniforme negro!

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  4. Pues así es, Loquemeahorro, somos muy indulgentes con nosotros mismos. Siempre encontramos una justificación a lo que hacemos. Es la ley del embudo, pero en plan gigantesco...

    Martillo Pilón, y menos en traje de baño... ;-)

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